domingo, 28 de junio de 2009

Deber cívico

Llegó al día. El deber de cada ciudadano en un frío y gris 28 de junio sólo era las tan anunciadas y adelantadas elecciones legislativas. Y así fue. Gabriela Michetti, candidata a diputada nacional por el PRO llegaba en su Volkswagen Suran color plomo junto a sus colaboradores a consumar su obligación cívica.
Fiscales y Presidentes de mesa de la Escuela número 9 Mariano Moreno de Balvanera recibieron a Michetti en medio de incertidumbre y desorden. Aunque suene paradójico, el establecimiento no estaba preparado para el ingreso de discapacitados. El Gobierno de la ciudad aun no había instalado rampas. Por el contrario la gran cantidad de escaleras hicieron que la vicejefa avanzara y se sintiera como en una verdadera competencia, derribando obstáculos.
Luego de un trayecto complicado y por demás entorpecido por fotógrafos, periodistas y la curiosidad de los propios votantes, la postulante arribó a la meta. Todo parecía muy extraño. De las nueve mesas del comicio, solo el espacio donde votaría la propia Michetti estaba en funcionamiento. Faltaba que las restantes urnas presentaran el típico cartel de: “vuelvo en cinco minutos”, es que la presencia de la figura política había paralizado toda la actividad.
Siendo casi las 11.30, Gabriela se acercaba a emitir su sufragio. Con un abrigo negro, con sus habituales jeans azules y con una cartera de cuero cruzada en su torso, tomó el sobre y se dirigió a un extraño cuarto oscuro. A decir verdad no era un cuarto oscuro. Al no poder ingresar con su silla de ruedas, las autoridades habían preparado un espacio provisorio. Un biombo, un gabinete color gris ocultaba las boletas y seguramente el alcohol en gel o las almohadillas con agua para cerrar los sobres. Todo estaba pensado en el más mínimo detalle. En definitiva y tal como lo había sentenciado Tinelli, votaba una de las mujeres del ámbito político con mejor imagen.
Sólo transcurrió un minuto, todos los presentes hicieron silencio, y volvió a salir de esta autentica “caja de zapatos”. Sonriente Michetti, traía su sobre enganchado en su cartera de cuero negro, lo introdujo en la urna y emprendió camino hacia la salida.
En milésimas de segundo, toda la multitud estaba sobre ella. Simultáneamente se escuchó: “Gabriela hablará afuera, por favor seamos ordenados”.
Y así fue. La candidata conversó en el patio de la institución. En ese momento apareció Anita Martínez, su imitadora en Showmatch. El doble no dejo de copiar sus actitudes, sin embargo a diferencia de otras circunstancias, no ganó la atención que seguramente pretendía.
La posible Diputada estaba muy prolija. Maquillada suavemente, con sus rulos bien definidos y con una fragancia fresca que sólo podía ser apreciada por quienes ocupaban un lugar próximo a ella, demostraba estar muy tranquila y descansada. Michetti sostuvo que había dormido muy bien, temprano por la mañana había desayunado con su hijo Lautaro y que seguramente asistiría a misa junto a su hermana y Diego Zampini, presidente del consejo deliberante. Mientras continuaba el interrogatorio, Paula Shuster, jefa de prensa, informó que la celebración se llevaría adelante en el templo ubicado en Pasco y Belgrano.
El día finalizaría para Michetti con la visita al bunker de campaña ubicado en Costa Salguero alrededor de las 17.30, 18. Antes obviamente dedicaría tiempo al almuerzo, el cual se llevaría adelante en su casa junto amigos e integrantes del partido.
Finalmente, Gabriela comentó que estaba segura que desde el próximo lunes tendremos nuevas composiciones de fuerzas. “Lamento que esta campaña haya estado plagada de chicanas y mentiras, hoy es un buen momento para pensar diferente. Tenemos seis meses para trabajar y planificar, confió en que vamos a llegar a diciembre preparados".

Por: María Belén Grieco